miércoles, 16 de abril de 2025

4 de abril

A medida que pasan los días, me doy cuenta de que en este bar me dejan más propinas que en el otro. Mi parte egocéntrica quiere decirme que es porque soy muy agradable, y creo que en muchas ocasiones tiene razón.

Antes vino un señor y me pidió pagar con tarjeta, pero al ver que sacaba el Apple Watch para hacerlo, le digo: "ahora ya no es con tarjeta, es con reloj". El señor se ríe y me dice: "hay que modernizarse, dentro de poco pagaremos con la mirada". Los dos nos reímos, y me deja 30 céntimos de propina, pese a haber pagado con tarjeta.

Este tipo de humor que utilizo en el bar con personas mayores me hace reflexionar muchas veces. Sé que hay un cierto grado de performance en él, para después poder contárselo a mis amigos; pero hasta cierto punto me encanta ver que alguien se va del bar riéndose gracias a mí.

Sé que digo esto porque estoy muy blandito, pero creo que el mundo se ve más bonito cuando consigues sacarle una sonrisa a la gente.


Notas

  • Preguntar a mi compañero dónde dejo el Glassex y la leche de avena

  • Chicas de oro

  • El azúcar moreno y agua del tiempo → ESPABILA


Me llegó un mensaje al móvil de mi madre: sedaron a mi abuela hace unas horas. Por casualidades de la vida, estaba sonando Queen en la radio —el grupo de mi vida— y tuve que ir al baño a secarme las lágrimas en la intimidad. No soy de piedra. Nunca lo he sido, y tampoco quiero serlo.

No se lo he contado a mis amigos, una parte de mí siente que si lo hago sería por hacerme la víctima, y otra parte de mí me dice que es más fácil seguir como si nada, sin pésames y sin miradas de tristeza. Aunque, en el fondo me moriría de ganas por un abrazo de todos ellos. Supongo que esto es una buena definición de ser hombre: querer algo y no poder pedirlo, ni siquiera a las personas más cercanas.

Tampoco le he dicho nada a mi jefa. Simplemente decidí no hacerlo e ir a trabajar hoy y mañana, aunque por convenio sé que podría tener unos días libres. A veces me quiero dar de persona fuerte porque sí, y creo que me acabo haciendo daño. Tanto tiempo diciendo estar en contra del trabajo asalariado… y al final soy esto: una parodia de mí mismo.


Notas

  • El café caliente → CÉNTRATE

  • 4,65 + 2,80 = 7,45


Édouard Manet, 1882 – Un bar del Folies-Bergère

No hay comentarios:

Publicar un comentario